La web 2.0 ha supuesto una revolución en la manera en que los usuarios actúan en internet pasando de aplicaciones estáticas a webs enfocadas a un usuario final al que se le proporciona servicios. Esos servicios a su vez generan contenidos, información y comunicación convirtiendo a la web en un ente dinámico, participativo y colaborativo.
La aportación más importante de la web 2.0, el protagonismo del usuario, es, al mismo tiempo, la contribución más destacada a la enseñanza de lenguas. La opción de crear y compartir contenidos, así como buscar y recopilarlos, posibilita la existencia de una enorme red de conocimiento compartida. Poder acceder desde el propio hogar a toda esa enorme fuente de información es algo que resultaba impensable hace pocos años. Un nuevo reto, ahora, es conseguir discernir la información útil de la que no lo es.